Pero otro factor en contra con que el "santo" salteño se encontró durante la primera parte de este compromiso que cumplió en el estadio periqueño, fue la expulsión de Juan Pablo Cárdenas, quien vio el acrílico rojo ante una falta que el árbitro tucumano José Capraro interpretó que hubo intención de golpear con el codo a un rival.
Entonces, la visita tuvo que rearmar el sistema táctico y, ante cada avance por parte del conjunto jujeño, se presentaba la oportunidad para aumentar la cuenta. Lo que Velarde planificó para la etapa final casi le sale redondo o, al menos, no merecía salir de perdedor. El técnico ordenó dos cambios y con los ingresos de Matías Ranelli, la defensa se paró con una línea tres, aunque Manuel Baigorria no alcanzó a captar la misma sintonía con sus compañeros, la propuesta fue de jugar de igual a igual.
Talleres buscó asegurar el resultado y estuvo expuesto a las contras que ejecutó el antoniano, y en un ataque con convicción la pelota llegó hasta el "Chano" Fernández, quien envió el pase hacia Víctor Vargas que se sacó a Campi de encima y envió el disparo el fondo del arco. De esa forma, Juventud estaba consiguiendo el premio por tanto esfuerzo y con un hombre menos. Pero llegó el instante fatal y en tiempo descuento, ya que el ganador se cobró con la misma moneda el traspié que sufrió en su presentación anterior en San Luis. El reloj marcaba 45' y el árbitro Capraro hizo señas de que se jugaban cinco más, allí apareció Cristian Leichner quien clavó un derechazo fulminante para decretar el dos a uno. No hubo más tiempo, sino para que se instalara el clima de los lamentos por parte de toda la gente salteña que estuvo presente en el estadio periqueño.
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