viernes, 14 de marzo de 2008

LA NIEBLA....

La noche y la niebla envuelven la ciudad… en la borra de un café busco respuestas con cierta sensación de que no las encontraré. Por momentos miro mi vida y siento que se vuelve demasiado vertiginosa. Demasiadas ciudades, demasiadas personas nuevas, demasiados encuentros… sin embargo miro hacia atrás un momento y me veo una vez más corriendo como loco… pero intuyendo que tristemente -como la gran mayoría del tiempo- es un histérico correteo en círculos, yendo a ningún lado. Los años pasan, las historias se apilan unas a otras y pierdo la cuenta de los lugares vistos, las historias vividas… pero siempre persevera esa sensación de que los mejores acordes siguen siendo aquellos tres de siempre. Lo que te enciende el alma, lo que te hace sentir vivo, siguen siendo las mismas cosas simples a lo largo de los años, no importa cuán lejos quieras ir o cuántos fuegos artificiales tires. Si tenés lo que llaman éxito en la vida, lo más probable es que te vuelvas adicto a lo que llaman libertad. Pero una y otra vez te enfrentás a esa sensación de vacío. Donde ves que el cielo lo promete todo pero que luego se queda ahí, escondido tras su azul infinito. Que por cada deseo concretado se te quedan afuera un millón. Y la niebla... siempre la niebla... envolviéndolo todo. Tal vez realmente lo tenés todo a tu alrededor... pero esta maldita niebla no te deja verlo... A lo mejor le damos demasiado valor a la vista. Quizás no sea el único modo de guiarse. Quizás aun cuando la niebla se dispersa no nos guiamos por lo que vemos, aunque querramos creer eso.

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